Una máquina de prueba de COVID-19 llegó a Botoșani. Se instalará en el Hospital de Maternidad y parte del personal ya está en Iasi para recibir formación sobre su uso, por lo que podría ponerse en funcionamiento en unos días.

La recepción de la máquina estuvo a cargo de quien logró adquirirla rápidamente y entregársela a Botoșani, el presidente de la asociación "Save a Heart", Vlad Plăcintă.

En la práctica, esta habría sido la tercera máquina que podría haber llegado a Botoșani, después de que la dirección del hospital comarcal debía iniciar el proceso de adquisición de una, y la Autoridad Veterinaria y de Seguridad Alimentaria (DSVSA), que recibió fondos para comprarla. tal máquina. Una vez más, las instituciones del Estado han mostrado su impotencia y limitaciones, tanto humanas como intelectuales, por lo que la tercera opción, una máquina comprada por una ONG con donaciones y la misericordia de la gente, se convierte ahora en la opción más concreta. La asociación dirigida por Vlad Plăcintă, residente de Flămânzi, pagó el anticipo por una máquina de este tipo hace unas semanas, y el miércoles llegó a Botoșani todo el laboratorio de PCR en tiempo real.

La semana pasada anunció que pagó 226.107 lei por una máquina de PCR en tiempo real. "Deberíamos recibir el dispositivo médico la próxima semana (nota: esta semana) si todo va bien. Se fabrica en Corea, pero lo compraremos a través de una empresa médica en Iasi", dijo Vlad Plăcintă. Trabajó en estrecha colaboración con un grupo de empresarios reunidos por la Cámara de Comercio e Industria de Botoșani, que lograron recaudar medio millón de lei en un tiempo casi récord.

Con este dinero se pagó el importe restante de la máquina de pruebas, 3.000 pruebas, 7.077 mascarillas FFP2, siete jeringas Braun, un videolaringoscopio, 300 cajas de guantes, un agitador vórtex de laboratorio y se realizó un pedido adicional de 2.500 FFP2. mascarillas, 100 cajas de guantes, 1.000 monos, 2.500 pares de cubrezapatos y 400 gafas protectoras, todo ello valorado en más de 700.000 lei.

Fuente: Monitorul de Botoșani